Ángel Di María, el clamor popular y el pedido de sus compañeros: “¡Fideo no se va!”

Una figura histórica de la selección, un escenario emblemático, un rival clásico y un reconocimiento para toda la vida. La victoria por 1 a 0 de la Argentina sobre Brasil en el estadio Maracaná estuvo colmada de sensaciones. Malas, buenas, para el recuerdo... Los incidentes en una tribuna, con la represión desmedida de la policía a simpatizantes argentinos; la retirada de los jugadores al vestuario para analizar si continuarían el juego por las eliminatorias para el Mundial 2026; el festejo enloquecido tras el gol de Nicolás Otamendi, y el ingreso de Ángel Di María desde el banco de los suplentes para reemplazar al líder Lionel Messi en el que sería el último encuentro de Fideo en el certamen clasificatorio para la Copa del Mundo. De todo eso constó la visita de la Argentina a Río de Janeiro.

Pero tras consumarse el triunfo y en medio de la celebración, en una comunión entre el plantel y el público que acompañó y soportó el desquicio de las fuerzas de seguridad, un grito con tono de súplica estalló y movilizó al rosarino, futbolista que se convirtió en un ícono y en el mítico estadio carioca conquistó a aquellos que durante años lo habían maltratado: “Fideo no se va”, fue el clamor popular, que contagió a los compañeros que se unieron en ese pedido al atacante de Benfica.

En septiembre, Di María expuso en una entrevista que la Copa América Estados Unidos 2024 sería el punto final de su relación con la selección. De cumplir ese anuncio, el triunfo sobre Brasil resultó su último encuentro por las eliminatorias, que se reanudarán en septiembre próximo, por lo cual el rosarino ya no volverá a vestirse de argentino en la clasificación para la Copa del Mundo de 2026, que se disputará en Estados Unidos, México y Canadá.

En andas de Leandro Paredes, con la cinta de capitán en la mano izquierda –se la cedió Messi al ser reemplazado por él–, con la emoción que se reflejaba en el rostro y con algunas lágrimas, Fideo se llevó del Maracaná un merecido tributo. La mano derecha golpeándose el corazón fue un retrato del sentimiento que siempre envolvió al jugador que debutó el 6 de septiembre de 2008, en un 1-1 con Paraguay camino al Mundial Sudáfrica 2010.

Con 52, se convirtió en el segundo futbolista argentino en partidos de eliminatorias, por detrás de Messi, que acumula 65. El número se cumplió en un estadio en el que se había vestido en 2021 con la capa de héroe en la Copa América al conseguir, con una definición imperial, el gol del 1-0 contra la verde-amarela en la final que rompió el hechizo y devolvió a la selección a lo más alto del continente después de 28 años. Fue el comienzo de una saga brutal en partidos definitorios, con un tanto en la Finalissima frente a Italia y uno ante Francia en la definición del Mundial Qatar 2022.

Un aporte determinante para el ciclo del seleccionador Lionel Scaloni, que en la conferencia de prensa reveló que le “duele mucho no ponerlo” como titular. El DT siempre ofreció palabras elogiosas al jugador, desde un costado humano. “Disfrutémoslo ahora que lo tenemos y podemos verlo con esta camiseta; no tiene mucho sentido pensar qué va a pasar, porque cada vez que está acá es feliz con sus compañeros”, declaró antes del encuentro con Uruguay el jueves pasado.

Con tono burlón, porque su gol rompió el histórico invicto de Brasil como local en eliminatorias, también Otamendi dejó un mensaje sobre Di María: “Le dije a Fideo que no solamente él hace goles importantes. Es un estadio inolvidable para nosotros”, empezó diciendo en la charla en el campo de juego con la TV Pública y TyC Sports. “Sabemos que es un emblema de nuestra selección. Ya quedó en la historia de la Argentina”, agregó el zaguero, que es compañero del rosarino en Benfica.

“¡Fideo no se va, Fideo no se va!”

El partido con Venezuela rumbo a Qatar 2022 resultó una primera despedida de Di María del público argentino. Luego llegaron la conquista de la Copa del Mundo y un cambio de planes. “Mientras pasaba el Mundial algunos chicos me hicieron la cabeza para que siguiera, y eso fue una de las cosas para seguir como hasta ahora, porque estoy disfrutando de una manera inexplicable después de todo lo que había sufrido”, admitió Fideo cuando desestimó alejarse de la selección. Pero al tiempo la idea del retiro volvió a enrollarlo, y esta vez el triunfo sobre Brasil sería el episodio final en las eliminatorias.

“Estoy feliz de estar acá, pero la Copa América es la última. Se terminará ahí. Son decisiones difíciles de tomar, pero hay una nueva generación que viene atrás. Voy a tener 36 años para esta Copa América y, aunque sé que podría seguir estando, siento que también estoy quintándoles la posibilidad a los chicos que vienen detrás, que están empezando a venir a la selección, tienen un gran potencial y merecen estar. Es el momento indicado para dar ese paso al costado”, analizó Di María en septiembre. Parece que esta vez no tendrá vuelta atrás.

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