De la cancha a la cárcel. Un exjugador de Aldosivi fue condenado por vender éxtasis en fiestas electrónicas

El exjugador de Aldosivi Alberto “Beto” Navarro, que se destacó en el elenco marplatense a fines de los 80 y principios de los 90, fue condenado a casi cinco años de prisión por venta de drogas.

El exdelantero era DJ en boliches y fiestas privadas y se asoció a un jugador de póker que trabajaba como relacionista público en el entorno de las discotecas. Se dedicaban, en paralelo, a comerciar éxtasis, una droga que produce euforia en sus consumidores y que circula mayoritariamente en boliches y eventos de música electrónica.

Ambos fueron condenados por el delito de “comercio de estupefacientes” en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 4 de Mar del Plata; el juez Gustavo Raúl Fissore firmó la sentencia de cuatro años y ocho meses para Beto Navarro y cuatro años y cuatro meses para Esteban “Tutti” Freiz.

Según informó el diario La Capital, el exfutbolista de Aldosivi tenía un arma sin justificar y recibió una condena por “tenencia ilegal de arma de fuego”, lo que explica que su pena haya sido mayor que la de su socio en el delito.

Tras su paso por el fútbol, el deportista se reconvirtió en DJ de fiestas electrónicas en Mar del Plata, bajo el nombre de DJ Betto, musicalizando fiestas privadas y brindando sus servicios para boliches.

“Tutti” Freiz era RR.PP. en discotecas y, además, era aficionado al póker; frecuentaba el Casino Central y participaba en torneos de renombre. También era cambista de moneda extranjera en el mercado negro y trader de criptomonedas.

Navarro cumple arresto domiciliario, en tanto que Freiz quedó en libertad hasta que haya sentencia firme. Tutti, representado por el abogado Lucas Tornini, al igual que Beto, llegó al juicio excarcelado porque la jueza de Garantías Lucrecia Bustos lo había sobreseído provisionalmente, pero luego la Cámara de Apelaciones y Garantías de Mar del Plata revocó aquel fallo.

El fiscal Leandro Favaro estuvo a cargo de la investigación entre agosto del 2021 y enero de 2022. Junto a la Dirección de Investigaciones (DDI) buscaron probar si los acusados habían armado una organización criminal de venta de droga sintética en el ámbito nocturno, donde eran muy conocidos. Hubo unas 500 horas de escuchas telefónicas que debieron ser analizadas, en las que quedó al descubierto el modus operandi de los comerciantes.

En los allanamientos se incautó MDMA en polvo para elaborar las pastillas, además de comprimidos ya preparados y piedras de crystal meth fraccionadas. También se incautaron teléfonos celulares y los autos de los imputados.