Tomar todo el lugar de guardado disponible con muebles de un azul alegre y relajante consiguió un cambio fabuloso.
La distribución estaba bien y el estado general era más o menos bueno, pero esta cocina necesitaba una renovación que le diera más color, luz y funcionalidad acorde a los metros disponibles. Y a eso se abocaron Joy Zimmerman y Camila Castillo, socias de Ideï Arquitectura.
“Había una reforma reciente, así que las cosas funcionaban. Pero a la cocina le faltaba vida: no invitaba en lo absoluto”
La isla en lugar del muro divisor delimita el ambiente y suma mesada: “Los dueños cocinan mucho y cocinan los dos, les venía bien un espacio más de trabajo”, explican las arquitectas de Ideï.
Integrada, azul, con una pequeña biblioteca para los libros de recetas, con alacena y un sector de café fueron algunos de los pedidos de los clientes.
“Haber tenido requerimientos tan claros contribuyó a que todo fuera muy pensado y marcó el rumbo del diseño”.
La pileta se reubicó bajo la nueva ventana, un paño fijo esmerilado con un marco de incienso que lo integra al conjunto.
“Junto con la clienta elegimos esta variante de azul que tira un poquito al petróleo y tiene algo de gris pero no deja de ser un color frío, por eso la madera que viene a compensar con un shock de calidez”.
El patio contiguo, también renovado
Lograr un desorden armónico con piezas geométricas no es tarea fácil. Aquí, el piso se colocó siguiendo minuciosamente el plano del fabricante, un esfuerzo que sumó gracia y movimiento.