Prohíban esos libros
Las autoridades de Florida (EE.UU.) encontraron una forma de alejar a los niños y a los jóvenes de la lectura: ofrecerles una literatura sin conflicto. Sus docentes recibieron la orden de retirar de las bibliotecas los libros de Gabriel García Márquez (Crónica de una muerte anunciada y El amor en los tiempos del cólera) e Isabel Allende (La casa de los espíritus) por sus alusiones al racismo y su contendido Lgbtiq+.
La lista negra alcanza a 673 obras e incluye a Murakami, a García Lorca y a Flaubert. Es una medida polémica –entendiendo polémico como eufemismo de disparatado e irracional– y surge del miedo a violar la ley HB 1467 del gobernador republicano Ron DeSantis, que prohíbe los contenidos controversiales –entendiendo controversial como eufemismo de sexualidad y cuestiones de raza o género–.
Si el siglo XX fue un despliegue de maldad insolente, el XXI lo es de estupidez. Aunque la estupidez y la maldad son tremendamente parecidas, y cuando se persevera en una se acaba en la otra.ß
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Ese “contenido objetable” incluye también textos en los que se reconoce la existencia del sexismo y el racismo, como las biografías de la cantante cubana Celia Cruz, de Sonia Sotomayor (primera hispana jueza de la Corte Suprema de los EE.UU.), la activista de los derechos civiles Rosa Parks y el dalái lama.ß