Panorámica. Enciendan las alertas: nada de esto jamás ocurrió

Todas las imágenes que se despliegan a la izquierda tuvieron en los últimos días su momento de gloria. Unas más que otras (probablemente la del Papa lleve la delantera), fueron viralizadas a niveles de excepción: infinidad de personas se entusiasmaron, indignaron, sorprendieron o intrigaron ante alguna de estas situaciones, y las compartieron en Instagram o Twitter.

Primer detalle: lo que estaban haciendo circular no eran en sentido estricto fotos, sino imágenes.

Segundo detalle: nada de lo que esas imágenes contaban había sucedido. Jamás el Papa usó el camperón que hizo la delicia de multitudes; nunca Trump protagonizó la situación de forcejeo que se ve aquí, ni Messi estuvo en una favela. Tampoco existió el abrazo entre el policía y la manifestante contra la nueva ley de retiro en Francia, ni Elon Musk posó en una concurrida zona de Madrid.

Todas estas imágenes fueron creadas por inteligencia artificial. ¿Por qué no se las considera fotografías? Porque no son registros de lo real.

Sin embargo, parecen reales (sobre todo, las que se crearon con el sistema Midjourney 5) y es difícil verlas sin que el suelo tiemble un poco bajo los pies.

De momento, todo viene siendo bastante lúdico: chisporroteos en las redes, la curiosidad inevitable de ver hasta dónde llega el nuevo juguete. ¿Pero cómo va a seguir? ¿Qué nuevos alertas, regulaciones, dispositivos o ejercicios de verificación habrá que comenzar a implementar para que, de bromita en las redes, una imagen creada por IA no pase a ser detonante de vaya a saberse qué cosa?

Los criterios de verdad, las pruebas, esas fotografías que hicieron historia por su demoledora capacidad de testimonio, ¿con qué herramientas los podremos defender? Porque no se trata de que el mundo se esté transformando; ya lo hizo, y está a punto de profundizar ese cambio a una velocidad que podría dejarnos atrás.