Licencia poética

Hace dos jueves en este mismo espacio contamos la historia de Paco, el perrito que sobrevivió a su dueño, Alejandro Cohn, que murió hace nueve años como consecuencia de una grosera mala praxis en el Hospital Municipal de San Isidro.

Aquel Catalejo cerró con la frase “Algo intuye”. Había comenzado el juicio oral que se sustancia contra los nueve médicos implicados en aquel desgraciado episodio que se llevó la vida del hermano del conocido cineasta Mariano Cohn, cuando contaba apenas con 35 años.

Paco cumplió en marzo 18 años, una edad inusualmente avanzada para un can. Seguramente el cariño y los cuidados que le profesó Susan, la amiga de los Cohn que lo adoptó, tuvo mucho que ver con su larga vida.

Pero un perro nunca olvida a su primer dueño y menos Paco, que los familiares de Alejandro habían visitado hacía poco.

Pues bien, el jueves pasado fue el turno para que los Cohn declararan ante el tribunal que sigue el caso. Pocas horas después, murió Paco.

Con las casualidades, la historia suele tomarse conmovedoras licencias poéticas. Bajo esa óptica, el perrito “esperó” a que el demorado juicio comenzara para marcharse en paz. Acaso ya esté correteando por alguna pradera eterna con Alejandro.