De visita en la feria de armamentos
Cuando el fotógrafo ruso Nikita Teryoshin visitó por primera vez una feria de armamentos quedó tan asombrado que entre 2016 y 2023 visitó ochenta de esas exposiciones internacionales de defensa. Y publicó un libro de fotos sobre su experiencia, llamado Nada personal: la oficina administrativa de la guerra.
El fotógrafo ruso señala que en estos eventos las armas brillan entre un público impolutamente acicalado, y tanques, drones y cámaras de visión termal se venden con la misma superficialidad que una aspiradora en una feria de electrodomésticos. Se trata de hablar de la guerra sin hablar de la guerra.
En ningún stand se alude a la muerte. Los fabricantes de los rifles Kalashnikov se presentan bajo el eslogan “70 años defendiendo la paz”. Y agregan: “Diseñando un mejor futuro”.
La muerte también tiene su lado estúpido. Y banal, cómico e inverosímil. Teryoshin nos muestra los juegos y los chistes vanos de los perros de la guerra. ß
Algo más...
“Vi cosas que jamás podría haber elaborado en mi imaginación ni pensado que fueran a ser posibles” asegura Teryoshin. En Abu Dabi –mientras a 1000 km alguien bombardeaba hospitales y escuelas– unos fabricantes de armas presentaban una torta de dos metros cuadrados simulando un campamento militar: cuando se la empieza a comer parece un verdadero campo de batalla.ß