De película
Tras cubrir, en los años 20 del siglo pasado, para el diario Chicago Tribune, unos resonantes procesos judiciales a dos presuntas asesinas, la periodista Maurine Dallas Watkins escribió una obra de teatro muy exitosa. La trama ponía bajo la lupa las paradójicas tensiones entre la Justicia, la prensa, la avidez de la opinión pública y las propias acusadas, lo que terminaba por beneficiarlas en medio de tantos tironeos. Medio siglo después, Chicago se convirtió en un formidable musical, de la mano de Bob Fosse, que tuvo una taquillera versión cinematográfica, en 2002, premiada con seis Oscar.
Al mismo tiempo en que el empresario Gonzalo Aguiar era asesinado por su expareja en Punta del Este, se exhibía en el festival internacional de cine de esa ciudad el film Este crimen es mío, que en la Argentina se estrenó hace unos meses. En la película de François Ozon, una actriz con poca suerte se vuelve famosa tras ser acusada de un homicidio, pero lleva las de zafar con el argumento de haber disparado “en defensa propia”. Idéntica situación se da en Chicago y la misma explicación, por ahora, beneficia en la vida real, a Romina Camejo, la mujer que mató a Aguiar, experta en tiro y, además, cantante.