Borges y el Estado
A fuerza de omisiones, es ingenioso el artículo breve del escritor Martín Kohan, en el que alude a Jorge Luis Borges sin mencionarlo. Desde que fue publicado en el periódico Perfil bajo el título “Biografía actualizada”, progresistas genuinos y de los otros lo hacen circular intensamente por las redes sociales. La tesis de Kohan es que Borges pudo llegar a ser Borges gracias a los empleos y distinciones que recibió del Estado.
Olvida Kohan que los dos trabajos estatales que tuvo -primero como empleado en una biblioteca municipal y después como director de la Biblioteca Nacional- los perdió, respectivamente, en 1946 y 1973, a manos de gobiernos peronistas. En el primer caso, Borges comprobó en carne propia que la alta eficiencia no era un valor estimable en la esfera pública: sus compañeros le pedían que trabajara menos para no dejarlos en evidencia. Terminó degradado burlonamente a inspector de aves de corral en el mercado municipal. Su madre y su hermana conocieron la cárcel peronista.
En 1976, el Estado lo volvió a perjudicar cuando fue invitado a almorzar a la Casa Rosada. ¿Cuánto pudo influir la foto con Jorge Videla para que le negaran sistemáticamente el Nobel de Literatura?