Peleas y discusiones: cómo pararse en los zapatos del otro

Todas las personas enfrentamos la vida “parados” o posicionados en algún lugar. Y es, precisamente desde ese lugar, que observamos y vamos construyendo la realidad.

En una relación de pareja, uno de sus integrantes mira desde un lugar y el otro integrante, desde un lugar diferente. ¿Quién tiene la razón? Ambos. ¿Por qué? Porque cada uno ve parte de la realidad, pero ninguno ve la realidad en su totalidad.

Ahora bien, ¿qué sucede si uno de ellos cree que lo que ve es lo único que existe o considera que es la Verdad, con mayúsculas, y el otro cree que quien lo acompaña está equivocado? Si le pidiésemos a cada uno que se ubicara en el lugar del otro, seguramente comprendería por qué ese otro ve lo que ve y cree lo que cree. A dicha actitud se la conoce como empatía y consiste en “ponerse en los zapatos de los demás”.

Si yo sostuviera un libro abierto en mis manos y le pidiera a cada integrante de esa pareja que me comentara lo que ve, uno me diría que ve páginas de colores con imágenes y pocas palabras, pues estaría viendo la cubierta; mientras que el otro vería páginas en blanco y negro con muchas palabras, porque estaría visualizando el interior de la obra.

Si cada uno de nosotros pudiéramos girar el libro de la vida y ver lo que el otro ve, es decir, adoptar una postura abierta y flexible, nos daríamos cuenta de que nadie es capaz de ver el libro completo.

Algunos observan la vida desde el frente, otros la observan desde la parte de atrás, otros la observan desde arriba y otros, desde abajo. Con esto, quiero decir que todos vemos la realidad cotidiana en fragmentos; nadie la ve en su totalidad.

Es por ello que, si anhelamos disfrutar de relaciones interpersonales más plenas, no solo en la pareja, necesitamos estar dispuestos a ser más humildes para lograr entender por qué el otro ve lo que ve. Tal vez, eso nos permitiría unir los fragmentos y ampliar nuestra percepción.

Te animo a intentarlo.

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