La soledad y el miedo a ser lastimados por los demás: el ‘yo’ débil y fuerte
Se trata de una emoción normal y natural, excepto cuando se traslada a la sensación de aislamiento que provocamos nosotros mismos y que nos impide relacionarnos con los otros
Hoy, quiero invitarte a reflexionar sobre la soledad y el miedo a los demás. La soledad no es mala, es una emoción normal y natural, distinta del aislamiento. Sin embargo, no suele tener buena prensa. Deberíamos ser capaces de disfrutarla tanto como disfrutamos de pasar tiempo con nuestros familiares y amigos.
El problema real es el aislamiento y este tiene que ver con un miedo emocional. El aislamiento es no poder compartir con el otro lo que me pasa. Es decir, se trata de la dificultad de armar conexiones emocionales con los otros.
Podríamos explicarlo de la siguiente manera: cuando tengo un yo débil, voy a levantar una fortaleza que impida que otras personas tengan acceso a mi verdadero ser y me conozcan tal cual soy. En cambio, cuando tengo un yo fuerte, voy a permitir que los demás se acerquen a mí y, juntos, podamos construir intimidad.
Recordemos: la soledad nunca es un problema, pero sí lo es el aislamiento que uno mismo provoca. Y, ¿en qué consiste el aislamiento? En la dificultad de abrirnos a nivel emocional, por temor a ser lastimados.
Cuando desarrollamos intimidad progresiva y confianza inteligente, a la vez que alimentamos nuestro mundo interior de “fortaleza yoica”, entonces seremos capaces de abrirnos sin temor alguno para compartir y permitir que exista un grado de intimidad emocional con otros.
Dicha actitud nos habilita para sentirnos plenos, ya que todos somos seres relacionales de ternura y nos necesitamos unos a otros.
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