Las reacciones extremas de la política exterior del Gobierno
Las relaciones con China y Estados Unidos, entre otras, reflejan la injerencia de los sectores más ideologizados del oficialismo
La influencia de la política interna sobre la exterior ha sido un factor constante en las naciones del mundo. El diplomático norteamericano George Kennan (1904- 2005) afirmaba que las acciones de su país en el campo de las relaciones internacionales eran la reacción convulsiva de los políticos a una vida política interna dominada por minorías sumamente expresivas. En el caso de la Argentina actual se percibe la reacción a veces convulsiva y otras reflexiva de un gobierno de coalición donde se entremezclan posiciones extremas con otras moderadas.
La influencia de la política interna sobre la exterior no puede ser evitada. Pero si se deben moderar las posiciones extremas para que no distorsionen la política exterior de un país, que debe basarse en ciertos consensos mínimos.
"En acciones recientes del gobierno de Alberto Fernández se observa cómo conviven posiciones extremas con algunas moderadas"
En acciones recientes del gobierno de Alberto Fernández se observa cómo conviven posiciones extremas con algunas moderadas. Esto se da en un contexto internacional donde, naturalmente, las potencias tratan de influenciar a nuestro gobierno para hacer avanzar sus intereses.
Veamos algunos ejemplos. Los 100 años del Partido Comunista Chino (PCC) –y no de la república popular– han sido celebrados con un sobrio mensaje por parte del canciller Felipe Solá, y por otro netamente pro partido comunista del embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, quien afirmó: “Solo a través del desarrollo humano y un progreso social integral diseñado y coordinado por la dirección del Partido se podía alcanzar el bienestar del pueblo”. A esto se sumó un saludo de Alberto Fernández como jefe del partido peronista –el único presidente americano que participó en una ceremonia por Zoom con Xi Jingpin–, donde se establecen dudosas afinidades entre el comunista Mao y el profascista Perón. Dado el comportamiento histórico del PCC en cuanto a los derechos humanos, y que la defensa de esos derechos es una de los pocos consensos en nuestra política exterior, las acciones del embajador y el Presidente aparecen como extremas.
Respecto de los Estados Unidos parece imponerse la moderación, en una relación que conduce el experimentado embajador en Washington, Jorge Argüello. Obviamente, el endeudamiento con el FMI, donde EE.UU. tiene poder de veto, influye en esta actitud moderada. Pero esto no ha evitado la renuencia extrema del Gobierno para eliminar el término “negligencia” de los contratos con la empresa norteamericana Pfizer a fin de facilitar la urgente provisión de vacunas contra el Covid 19, que muchos hoy solo pueden explicar por razones ideológicas. Una obstinación que sin duda ha aumentado el número de muertes provocadas por el virus.
"La Argentina tomó una posición extrema al apoyar una resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que parecía condenar más a Israel que al grupo terrorista Hamas"
En el reciente voto condenatorio en la OEA por la detención de 13 dirigentes opositores en Nicaragua, la Argentina decidió abstenerse –junto con México–, pero avisando al gobierno de Biden y sin impedir en los hechos que EE.UU. avanzara en su iniciativa. Se justificó mediante el principio de no intervención, pero expresando su “rechazo” a la detención de los opositores. En el caso de Venezuela, la Argentina se abstuvo de condenar al régimen de Maduro en la OEA, pero votó a favor de la resolución de la ONU que lo condena en materia de violaciones de derechos humanos. A su vez, el Gobierno expresó su rechazo a intervenciones militares externas, una de las razones por las que se retiró del Grupo de Lima, ya que funcionarios norteamericanos dijeron que “todas las opciones están sobre la mesa”.
La Argentina tomó una posición extrema al apoyar una resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que parecía condenar más a Israel que al grupo terrorista Hamas, luego del conflicto armado iniciado con el lanzamiento de miles de cohetes por parte de Hamas. En línea con lo ocurrido, atento a las naciones que apoyaron la medida (China, Rusia, Cuba y Venezuela, entre otras), y la tradicional posición de neutralidad en el conflicto palestino-israelí, la Argentina debió abstenerse.
Se aproxima la decisión sobre el sistema de comunicación 5G a adoptar en la Argentina. China presiona, con el embajador Vaca Narvaja a la cabeza, por introducir el sistema chino Huawei. La enorme mayoría de los países occidentales se oponen a esta tecnología por temor a que la información circulante llegue al PCC. Esta decisión estratégica no puede ser tomada por los extremos políticos, siempre alejados de los consensos existentes o posibles en materia de política exterior.
Ingeniero industrial (UBA) y doctorando en Relaciones Internacionales