Tan Biónica y su emotiva noche en Mar del Plata: la canción que Chano compuso durante su rehabilitación y el secreto que reveló Bambi

MAR DEL PLATA.- La historia de amor de Tan Biónica y esta ciudad comenzó allá por 2010, en un bar de escenario mínimo pero de tablas fértiles a la hora de darle lugar e impulso a artistas con destino de éxito. De la mano del mismo productor de aquella primera vez en la Vinoteca Perrier, cuando tocaron aquí para 50 personas, se abrió camino a esta inolvidable presencia ante más de 20.000 fanáticos en el Estadio Mundialista, que se reencontró con un recital después de casi una década, el anunciado como La última noche mágica.

Con un Chano feliz y pleno, se vivió una comunión con el público que se mostró intacta, en este turno junto al mar y en vacaciones. Más de dos horas de repaso de los hits, con los grandes temas de la banda y hasta los “Lado B o C”, como les llamó Bambi Moreno Charpentier, hermano del líder, a las creaciones menos conocidas pero, por sobre todo, muy amadas y valoradas por lo que significaron para la carrera lograda.

Desplegaron la escenografía más imponente que haya pasado por estas playas en mucho tiempo, con efectos especiales, serpentinas brillantes y una multitud entre campo y tribuna que aportaron a un show colorido con el que la banda abrió el año y la serie de despedidas de su público. Por delante les quedan próximas escalas por Paraguay, el 3 de febrero; el adiós a la Argentina, que será el 9 de marzo en Córdoba y, otra vez el exterior, el 13 de abril, en Montevideo ¿Será el final?

Arriba y abajo del escenario se vio disfrutar como si lo fuera. Tan Biónica llegó con esas enormes pantallas de altísima definición desplegadas a lo largo de más de 60 metros de un lateral del campo de juego y una plataforma en T que los músicos recorrieron de punta a punta. Hacia los lados y en particular hacia el frente, que utilizaron seguido para solos, dúos y a formación completa, convertido en rincón unplugged para generar momentos casi íntimos, bien cerca de la primera línea de fanáticos.

Una noche soñada, de luna y estrellas brillantes, los recibió en este estadio que anda a media máquina con el fútbol por una tribuna cubierta que está clausurada por problemas de infraestructura. “Cuando éramos chicos veníamos con Bambi a ver fútbol de verano”, recordó Chano. Como mayor escenario a cielo abierto de la ciudad vio pasar por allí, desde 1981, nada menos que a Queen, Rod Stewart, Luis Miguel, Soda Stereo, Charly García, Joaquín Sabina y muchos grandes más. La última vez que fanáticos de una banda pisaron ese césped y gradas fue en diciembre de 2015, con un épico paso de La Renga ante casi 40.000 seguidores.

“Hola mi vida” marcó el inicio de esta verdadera fiesta que fue el reencuentro luego del fenómeno que representó la serie de shows en Vélez, Estadio Único de La Plata y River Plate. Y la primera pasada por suelo uruguayo, en Punta del Este, con la que cerraron el último año. “Beautiful”, “Música” y “Loca” completaron el combo de arranque que le puso clima con ese coro de voces que llegaba desde campo y plateas. Y, en medio, un agradecido Chano con Mar del Plata y esta oportunidad tantas veces soñada.

El cantante se permitió, entre sus bailes y arengas, momentos de reverencia para seguidores que lo acompañaron sin condicionamientos. A ellos les pidió perdón (“si decepcioné a alguien”) por los tropiezos de su vida privada. Y les encomendó privilegiar “los buenos momentos”.

Bambi también tuvo su lugar destacado. Hizo su solo con “Pastillitas del olvido” y enseguida se tomó su momento para destacar la unión que floreció en la formación a pesar de las diferencias y las distancias. “Este barco afrontó todas las olas y el capitán de este equipo es Chano”, dijo y lo presentó, antes de fundirse en el primer gran abrazo que compartieron bajo la hermosa noche marplatense. “Sos mi faro”, le reconoció.

Con lágrimas delatadas por ese primer plano a sus espaldas en más de 300 m2 de led de máxima definición, Chano sobrellevó a voz quebrada “Las cosas que pasan”, cuando había transcurrido casi la primera hora de show. Y quedaba mucho más.

En el tramo final se reservaron un momento sobre el frente del escenario para un casi mano a mano con la gente. La guitarra de Seby a un lado, al otro la caja peruana para darle descanso por un rato a la batería de Diega, y al centro Chano y Bambi para un acústico a la carta de los fanáticos que conocen hasta la última de sus letras. “¿De Hola mundo o Destinología?”, pregunta y eligen. “Temas que grabamos y nunca pudimos tocar en vivo”, destacan con alusión a la larga separación de la banda.

Emoción otra vez con Bambi, encargado de contar la historia de la canción que Chano compuso en el centro de rehabilitación, cuando solo tenía una hora por semana de acceso a la guitarra y un momento para hablar por teléfono. “Me la cantó en línea, me la tuve que acordar y la grabamos”, contó de “La otra manera”. A metros, al pie del escenario, los aplaudía Marina, su mamá.

El final fue el esperado y a la medida de una puesta ambiciosa para un verano con aires festivos, porque en pocos días Mar del Plata celebrará su 150° aniversario. La economía golpea pero, en el contexto, hubo buena respuesta frente a un espectáculo de semejante magnitud. “Sé que les costó mucho esta entrada, que ahorraron mucho para venir”, reconoce a la gente y también por esta fecha a su productor de aquellos inicios y esta gira, Federico Roca, ahora Ref Group.

Les dejará a sus fans un mensaje directo al corazón. “¿Cómo la están pasando? No en el show, en sus vidas. ¿Están bien?”, les preguntó antes de desearles: “Sean felices, pasen un hermoso verano, amen a sus amigos y a sus familias que en definitiva es lo único que tiene valor”. Será el sello de sensaciones de este show que luego eternizará en redes sociales de la banda.

Vendrá la explosión con “Ciudad mágica”, “Mis noches de enero”, “Arruinarse” y, sin necesidades de pedido de bises, “La melodía de Dios”. “No quiero que se termine más esta noche”, dirá Chano entre abrazos con sus compañeros, una larga ovación y manos en alto que se mueven y saludan ante un escenario a puro fuego de artificio. Una apuesta grande y emocionante. De principio a fin.