El atentado contra los carabineros expone el dilema de Boric frente a la crisis de seguridad en Chile

SANTIAGO, Chile.- Esta semana, el presidente Gabriel Boric tuvo un tenso cara a cara con los empresarios chilenos. En el marco del Encuentro Nacional de la Empresa (Enade) -del que participaron la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y del exmandatario de Colombia Iván Duque-, los principales hombres de negocios de Chile, emplazaron directamente al gobierno por la crisis de seguridad que atraviesa el país.

“La violencia se ha transformado en la principal fuente de nuestros temores e incertidumbre”, dijo Karen Thal, presidenta de la corporación empresaria Icare, mientras que Ricardo Mewes, presidente de la poderosa Confederación de la Producción y del Comercio (CPC), indicó que los chilenos “han debido enfrentar un pico de delincuencia y delitos de alta connotación”, y que aquello ha provocado que “la percepción de inseguridad supere el 90%, la más alta en 10 años”.

Desde su asiento, Boric tomó nota de cada intervención, consciente del nuevo reproche público de un sector con el que casi siempre se ha visto enfrentado y que expuso un tema con el que, por su naturaleza política, no se siente en su zona de confort. De hecho, ya tenía encaminada la renuncia del general director de Carabineros, Ricardo Yáñez, quien será acusado el 7 de mayo por el delito omisivo de apremios ilegítimos y homicidio durante el estallido social

“No hay estabilidad sin cohesión social y seguridad en todos los planos”, respondió el mandatario, quien no ha podido sacudirse de su pasado de caudillo universitario y que ha sido cuestionado por una oposición que le recuerda, sistemáticamente, que hace un par años él mismo figuraba protestando en las calles y enfrentándose con carabineros.

Por lo mismo, es más que evidente que estas dos almas de Boric nuevamente serán expuestas tras el crimen de tres carabineros en la macrozona sur que conmociona a la sociedad chilena. La del presidente dialoguista que desea tender puentes con todos los sectores y se cuadra con las fuerzas de orden, lo que le ha valido críticas internas como la del mismo Partido Comunista, o la del político de izquierda que llamó en su minuto a “refundar” Carabineros.

“Seguridad, justicia y Derechos Humanos no son incompatibles. De hecho, cada uno de estos principios refuerzan al otro. No lo olvidemos”, escribió el propio Boric en su cuenta de X.

Para el analista político Mauricio Morales, estas dos versiones del mandatario han estado presentes durante su carrera política.

“En el primer año de gobierno predominó el Boric diputado, especialmente respaldando un texto constitucional que modificaba de raíz la estructura política, social y económica de Chile. Luego de la derrota en el plebiscito de septiembre de 2022, el último espasmo de ese perfil político fueron los indultos a personas involucrados en delitos en el contexto del estallido social”, recuerda.

“De ahí en adelante, el gobierno perdió el control de agenda y vinieron las crisis de seguridad pública y de corrupción. Ahí al presidente no le quedó otra que entender que el diálogo era la única arma efectiva en una democracia, y que la protesta sólo servía para abrir caminos pero no para construir puentes. La relación con Carabineros es ejemplo de eso. Luego de ser un férreo opositor y crítico hacia Carabineros, se transformó en su socio dado el contexto de lucha contra el delito, el crimen organizado y el terrorismo. El asesinato de tres carabineros hace que ese vínculo sea más fuerte, junto con una tremenda dosis de arrepentimiento por el maltrato que se hizo hacia esa institución en su etapa de diputado”, añade el también académico de la Universidad de Talca.

El peor escenario

Para Aldo Cassinelli, director ejecutivo de Estudio de Opinión DataCamp, Boric y gran parte del gobierno y la coalición que lo acompaña a partir de este hecho sangrientoen el epicentro del conflicto mapuche “es el peor escenario”.

“Hoy día esta situación es mucho más complicada para el gobierno en general, porque se vincula a un tema de seguridad, seguridad ciudadana, seguridad interior del Estado. Es decir, estos actos no solamente son reivindicatorios territoriales, sino que avanzan para la población un tema de delitos. Y la gente aquí ya colmó su paciencia y cuando además ocurre en una emboscada, todo esto deja al presidente muy debilitado”, señala Cassinelli.

“Vamos a ver cómo resuelve esto, si deja atrás su idea o su planteamiento mientras era candidato, mientras era oposición, y cómo lo aborda ahora que le corresponde tomar medidas, qué es lo que hace. Ahora, esto es una cadena completa, que está todo el gobierno, la fiscalía y los tribunales de justicia. Cómo se articula esta cadena que tiene que ver con los temas de seguridad”, añade.

Con la sensación de inseguridad en su máximo nivel, el gobierno exhibió la semana pasada cifras más alentadoras en la materia: una disminución respecto a 2022 en la tasa de víctimas por cada cien mil habitantes, y un quiebre en la tendencia al alza de los homicidios que se venía registrando desde 2016, con la excepción de 2021, período de pandemia.

El informe entregado por La Moneda, además, mostró que en 2023 hubo 6,3 víctimas de homicidios consumados cada 100 mil habitantes, mientras en 2022 la tasa fue de 6,7 víctimas cada 100 mil habitantes. Esto significa una disminución de 82 víctimas; de 1330 registradas en 2022 a 1248 víctimas registradas en 2023.

Sin embargo, en estos momentos esas cifras no son valoradas por los chilenos porque la sensación es completamente distinta. Ahora, y con las miradas apuntando a grupos radicales como presuntos autores del triple asesinato y dejando en claro que no fue un hecho casual, habrá que ver de qué manera se mueve el gobierno y qué alma de Gabriel Boric nuevamente aflorará.

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