Empleo: cómo está la Argentina y qué falta para que se generen puestos

1. Empleo. “El desarrollo viene con el empleo”. Esta simple frase resume una realidad muy contundente y es que solo el trabajo permite a los hogares de bajos recursos superar la pobreza, y que la expansión del empleo productivo y decente es la vía hacia el crecimiento sostenible. Para todos los países, cualquiera que sea su nivel de desarrollo, la base para impulsar la prosperidad, la inclusión y la cohesión social de forma sostenible y creciente es contar con una oferta suficiente de empleos. Cuando la escasez de empleos o de medios de vida disponibles mantiene a los hogares en la pobreza, hay menos crecimiento, menos seguridad y menos desarrollo humano y económico. En una economía internacional turbulenta, la creación de empleos es la prioridad más acuciante en materia de desarrollo. En la Argentina esta necesidad impera desde hace tiempo.

2. Mapa local. En nuestro país existen más de 28 millones de personas en edad de trabajar (entre la franja de 15 a 64 años). De este total, solo 43% está en un empleo registrado, es decir, tiene ingresos declarados, como asalariado o independiente. Básicamente hay registro de que esas personas reciben de forma declarada cierto caudal de ingresos. Las otras personas están desempleadas (10%), trabajan en la informalidad, o simplemente son consideradas inactivas (por algún motivo, no buscan empleo). Un dato relevante es que solo 20% de las personas en edad de trabajar está en el empleo asalariado privado formal, es decir, el de mayor calidad. Y este porcentaje viene reduciéndose desde hace una década, mostrando una caída de 3 puntos, mientras que en otros países de la región la proporción se mantuvo. En 2012 el total de empleos privados formales era de 6,1 millones, mientras que ahora es de ¡5,8 millones!, con un crecimiento permanente de la población en edad de trabajar (2,1 millones de personas más). En el período, solo creció el empleo público y el independiente, en casi 30%.

3. Más puestos. Si bien el crecimiento es fundamental para que el empleo aumente, está comprobado que por sí solo no se traduce necesariamente en mayor cantidad y mejor calidad de empleos, especialmente para los sectores más vulnerables y para los que están en riesgo de quedar marginados. El crecimiento económico es un requisito para aumentar el empleo productivo, pero los desafíos son múltiples. Los países que han alcanzado niveles elevados de creación de empleo y de reducción de la pobreza abordaron los factores estructurales causantes de la pobreza con mecanismos inclusivos de acceso a la financiación y con políticas macroeconómicas que favorecen la inversión y el consumo. Esa misma inversión que en nuestro país está en franco descenso desde hace una década.

4. Trabas. Para que el crecimiento sostenido sea capaz de generar más puestos, es necesario superar diferentes trabas. El World Economic Forum muestra que en nuestro país hay enormes dificultades en materia laboral, vinculadas con la forma de contratar y despedir personal, con la productividad y con las cargas tributarias. Además, los litigios laborales se han incrementado año a año a niveles récord, sin justificación. Por otro lado, las fricciones permanentes con sindicatos que no buscan la mejora de condiciones para sus representados, sino cuidar los intereses de la cúpula, acrecientan estas distorsiones y sacan de plano lo esencial de su buen funcionamiento.

5. Lo urgente. El mundo del trabajo sigue complejizándose y a medida que los procesos se tecnifican se requiere menos mano de obra intensiva, con lo que se ofrecen nuevos empleos de mayor calificación. El mercado laboral como lo conocemos en la Argentina representa y protege cada vez a menos gente. Necesitamos agilizar la capacidad de generar empleo de calidad, teniendo a la capacitación, la adaptación, la competitividad y la productividad como ejes centrales.