Barcelona: son tucumanos, cambiaron la receta y fabrican cuatro millones de empanadas por año
Comenzaron el negocio en Barcelona hace nueve años; hacen masas de colores y rellenos de autor; tienen 26 locales y desembarcan fuera de España
Deconstruyeron las tradicionales empanadas argentinas para convertirlas en un concepto más amplio y, así, expandir el mercado consumidor. Las Muns nacieron hace nueve años en España y este año producirán 4 millones de unidades; cuentan con 26 locales (en unos meses sumarán otra media docena), de los que la mitad son franquiciados. Ya iniciaron el desembarco en Andorra y está todo listo para llegar a Portugal.
Sus fundadores son tres tucumanos, Mariano Najles, Diego Rojas y Nicolás Mecozzi y cuentan con un socio inversor en la Argentina. Psicólogo de profesión, Najles fue el primero en llegar hace 17 años a Barcelona para él hacer un curso de Administración de Empresas y su entonces novia -ahora esposa- realizar una residencia como médica. “Lo que iba a ser un año se convirtió en cuatro y me picó el bichito del emprendedor -cuenta a LA NACION-. Me lancé con una tienda de alimentación étnica que después vendí”.
Rojas, chef, llegó después y trajo la idea de las empanadas. Charlaban el tema, pero Najles no veía “muy clara” la oportunidad de negocio: “Había argentinos, pero no tanto como ahora; en el país hay muchas variedades y me parecía que era un lío para un mercado chico. Vimos que la clave era abrir el concepto y el mercado”.
Así empezó la deconstrucción: cambiar rellenos, masas y repulgues. En el 2013 abrieron un restaurante, pero rápidamente detectaron que “no iba” porque la gente no repetía el consumo de empanadas tanto como necesitaba el local y prefería comprar para llevar; en 2014 avanzaron con un local take away en una ubicación de mucho paso de gente y más turística. Coincidió con la expansión de las aplicaciones de las plataformas de pedidos de comida.
En el primer local -entre ahorros y un préstamo- invirtieron alrededor de 70.000 euros. “Fuimos cambiando; sumamos los sellos para distinguir las variedades, pensamos un packaging, lindo, fácil de usar y nos orientamos a la comida rápida y no barata -relata Najles-. Fast food no tiene por qué ser ‘chatarra’. Los rellenos son recetas gourmet y las masas de colores”.
La carta fija de Las Muns (nombre que puso un marketinero jugando con la idea de media luna por la forma del producto) incluye 16 sabores; el que más se vende tiene una participación del 10%. Además, rotan siempre unas cuatro innovaciones. Rojas dejó la cocina y se encarga del área de I+D+C (investigación, desarrollo y calidad).
Las propuestas incluyen, por ejemplo, setas con camembert; cebolla caramelizada; tomate seco con provolone; olivada y mozzarella; ternera suave; pollo Thai; espinacas emmental. Por caso, el pollo se cocina ocho horas, las de carne son de Angus certificado, el provolone es de denominación de origen de Italia.
“Le sacamos el apellido a las empanadas-grafica el empresario-. No le pusimos argentinas; apuntamos a avanzar a una categoría más general. El sushi dejó de ser comida japonesa, se sumó a una lista más amplia. Queremos que la empanada sea reconocida como la pizza, que tenga repetición semanal”.
Para acceder a una franquicia de Las Muns la inversión es de entre 80.000 y 90.000 euros en total, “llave en mano” con un retorno estimado a tres años. Najles insiste: “En Europa los negocios son a largo plazo, un horizonte mínimo a cinco años”.
No le preocupa la expansión de negocios de empanadas que hay en España. “Se puede segmentar el mercado; nosotros vamos a uno de calidad y precio medio alto. Todos podemos vivir; Mc Donalds no se preocupa cada vez que abre un Burguer King, todos nos vamos posicionando”.
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