Troyes, el club del City Group que no utilizó a su joya, descendió por segundo año seguido y provocó la furia de sus hinchas

Troyes es un club con más de 100 años de historia en el fútbol de Francia que incluye varios cambios de denominación, su desaparición y su refundación como se lo reconoce hoy en 1986. Sin ser de los más tradicionales del país, compitió en la primera división en un puñado de temporadas en este último tramo de existencia, ganó un título internacional -Copa Intertoto 2001- y sus aficionados se ilusionaron con un mayor protagonismo desde que en septiembre de 2020 fue comprado por el City Group. Pero fue el comienzo de una nueva pesadilla.

La llegada de la sociedad que maneja exitosamente al Manchester City, de la Premier League inglesa, y al Girona, de España, prometía mayores recursos, nuevos colores y resultados que le permitieran regresar a la Ligue 1, algo que sucedió de inmediato. Aquel ascenso en la temporada 2020/2021 parece que hubiera sido en otra vida: el partido del viernes en su estadio no pudo completarse porque sus hinchas llenaron de bengalas el área del sector que ocupaban cuando ya era irreversible su segundo descenso consecutivo. Un escándalo. Sí, en dos años bajó a la tercera categoría y eso los ultras no se lo perdonan, en especial, a la dirigencia.

Troyen es uno de los 13 clubes que está bajo el ala del City Group, con más acciones en unos que en otros. No tiene el nivel que alcanzó y sostiene Manchester City, último ganador de la Champions League, ni se convirtió en una revelación como Girona, que fue líder de la Liga de España durante casi toda la primera vuelta del actual torneo y está tercero. Los de Aube, en el nordeste francés, son uno de los emprendimientos que no prosperan. Al contrario, los hinchas apuntan a la empresa con mayoría de intereses árabes como responsable de la debacle. Le adjudican una nefasta gestión y cierto abandono. Y la furia se hizo sentir a dos minutos para el final del encuentro que empataban 1-1 en el Stade de l’Aube con Valenciennes, el último de las posiciones en la Ligue 2 y ya descendido hace algunas fechas.

La lluvia de bengalas -que jugadores y personal de seguridad devolvía a la tribuna- y el humo invadieron el campo cuando el equipo estaba por sacar un lateral en ataque en busca de una victoria insuficiente. El malestar de los fanáticos dejaba en claro que era irreversible la situación y el árbitro enseguida suspendió el partido. A una fecha del final del certamen, el nuevo descenso ya está decretado y afloran no sólo el compendio de malos resultados que lo deja entre los últimos, sino las decisiones que, según los hinchas, provocaron el cataclismo deportivo.

Un caso resonante es lo que aconteció con Savinho, el delantero brasileño que City Group le compró a Atlético Mineiro por seis millones y medio de euros para Troyes, pero el club nunca lo utilizó. Al llegar a los 18 años, el muchacho fue cedido a PSV, de Países Bajos, y en la siguiente temporada, al Girona, donde lleva convertidos 10 goles y dio 8 asistencias en 36 partidos, entre la Liga y la Copa del Rey. Mientras Troyes se hunde, Savinho se luce del otro lado de la frontera y ya acordó que después de junio irá al... Manchester City. Los ultras lo saben y eso no hizo más que alimentar la hipótesis de desprecio. Metinho y Amar Fatah, cuyas incorporaciones implicaron una inversión cercana a los 5 millones de euros en cada caso, tampoco llegaron a jugar en el conjunto galo y fueron a Sparta Rotterdam, de Países Bajos, y Lommel SK, de Bélgica, respectivamente. Los goles de ellos tampoco servían para evitar la debacle.

Otra decisión que apunta a la dirigencia es la destitución en medio del torneo del entrenador Bruno Irles, con el equipo fuera de la zona de descenso, para darle ese lugar al australiano Patrick Kisnorbo, que para entonces entrenaba a Melbourne City, otro club del grupo. El DT asumió con el club intentando mejorar en la tabla y cierra la temporada dejándolo en los puestos de abismo, con un clima de desdichas y malhumor que avivan los fantasmas del pasado. A la sombra del brillo de Manchester City y el despegue de Girona, Troyes se derrumba, está en caída libre. Y no se ve una red de contención que pueda poner fin a la pesadilla.

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