Nadie va a extrañarte, artículo 225

La AFA se sacó de encima una de las reglas más controvertidas de los últimos tiempos: el artículo 225, que les permitía a los clubes incluir a los futbolistas suspendidos si tenían a otros cedidos a los seleccionados nacionales o si éstos volvían lesionados del conjunto argentino. La decisión se tomó porque lo que había nacido como un instrumento de justicia para aquellos que colaboraban con el equipo celeste y blanco fue deformándose hasta llegar a un extremo impensado, casi incontrolable. Y, a estas alturas, la verdad es que nadie va a extrañar esa norma que ya se había transformado en una herramienta de especulación.

Todo valía en los últimos tiempos, pese a que desde la calle Viamonte se trataba de justificar lo injustificable. Si se lastimaba un defensor, se podía habilitar un delantero. Si había un juvenil que ni siquiera había estado cerca de la primera, se le interrumpía la sanción al goleador más experimentado. Si hasta en determinados casos se presumía –casi sin riesgo de error- que “tal” o “cual” iba a volver con un “tironcito” de la gira por cualquier lado. Debió haber sido eso del dicho de la ley y la trampa. Seguramente.

La conducción de Claudio Tapia dio por primera vez un leve indicio de que quiere otra AFA con la decisión que tomó anoche. Pero por ahora no es para ponerse de pie y darle un aplauso sostenido porque la desconfianza manda con sobrados justificativos. Son estos dirigentes los que se manejaron mal con el seleccionado mayor e hicieron papelones con los juveniles. Son estos dirigentes los que en el último campeonato dieron muestras de que siempre se puede estar un poquito más desorganizado. Y son estos dirigentes los que trataron de sacar ventaja de cualquier situación. Sí hay que subrayar que se trata de una medida lógica, esperada y saludable. Eso sí: ¿no serán estos dirigentes los que más adelante pondrán reparos todavía más duros para ceder jugadores sin el paraguas del 225? La nueva AFA precisa, ruega, que no. La salpicada credibilidad de la entidad, también.